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miércoles, 10 de noviembre de 2010

Los niños "bunker"

Navegando por internet me tropiezo con un blog educativo (En un lugar del aula...), en el que me llama la atención una entrada. Hace alusión a los niños "bunker". Así que me paro a leer para conocer esta metáfora (bunker es una construcción, utilizada para protegerse de los bombardeos en las guerras).

En dicho blog se hace una reflexión sobre los niños y el "uso intensivo e ininterrumpido" de las nuevas tecnologías: internet, videoconsolas, teléfono móvil, televisión...

Aparece un artículo escrito en el diario "La Gaceta" que merece una reflexión, sobre todo en relación a las dos cuestiones que se ofrecen al final del mismo:


"La mayoría de los menores españoles son usuarios de TV e Internet. Más de la mitad quiere restricciones. Un tercio de los niños españoles ven la televisión solos. ‘Sálvame’, ‘Gran Hermano’ y ‘Física o Química’, entre sus espacios favoritos".
      Más de la mitad de los menores españoles creen que la televisión no respeta el horario infantil y que fomenta valores negativos. Además, casi dos tercios reconocen estar “enganchados” a las redes sociales, y un importante porcentaje asegura navegar por la Red sin ningún tipo de control paterno.
      Ante este panorama, los propios miembros de la llamada generación búnker (niños y adolescentes que se aislan y pasan horas frente a una pantalla) reclaman más vigilancia, ya que sienten que desde estos medios se agreden sus derechos.

      Ésta es la realidad demoledora que acaba de salir a la luz gracias a un estudio elaborado por el Defensor del Pueblo y las Naciones Unidas, que alerta del peligro de las nuevas tecnologías si no se enseña a utilizar estas herramientas tanto a niños como a padres.
     La encuesta, realizada a más de 3.000 niños de entre 12 y 18 años, recoge, por primera vez, la opinión de los propios chavales sobre su relación con la televisión e Internet. “Los menores consideran que hay un déficit en la protección de sus derechos” afirma María Luisa Cava de Llano, Defensora del Pueblo en funciones, sobre las conclusiones de este informe.
      La práctica totalidad de los chavales encuestados tiene al menos un televisor y acceso a Internet en su casa, y “la mayoría es partidario de que sus padres ejerzan un control sobre lo que ven”, señala Cava de Llano. Y es que casi la mitad de los encuestados dice que no tiene instalado en su hogar ningún sistema de bloqueo sobre ciertos canales y programas.
      Estos datos son aún más preocupantes cuando se apunta que el 67,5% afirma que ve la televisión con algún familiar y el 30% la ve en soledad. Pese a los hábitos televisivos de los menores españoles, el 48% considera que la pequeña pantalla fomenta “contravalores” como el consumismo y el éxito fácil, y que ésta no colabora en su educación, ya que a veces se utiliza un lenguaje que puede resultar “ofensivo e insultante”.
      No obstante, el 70% se considera capaz de elegir los contenidos que más les convienen, aunque no dejaría ver estos mismos programas a sus hermanos menores. La brecha digital El resultado de la encuesta en lo relativo al uso de Internet no es más halagüeño: el 42% asegura tener amigos a los que solo conoce a través de la Red; el 64% ha colgado imágenes privadas; y el 14% ha recibido propuestas sexuales a través de Internet.
      Uno de los principales problemas, a la vista de estos datos, es la gran brecha digital que separa a los menores y a sus padres. Según explica la Defensora del Pueblo, “cuando están en compañía de un adulto no es una ventaja, porque no saben utilizar Internet”.

      A su juicio, en este asunto “tiene mucho que ver la responsabilidad de los padres, quienes, por desconocimiento de las tecnologías, no prestan la atención debida a cómo las utilizan sus hijos”. En este sentido, Consuelo Crespo, coautora de este estudio, opina que hay que concienciar a los padres “para que ejerzan un control sobre el uso que sus hijos hacen de estos medios” porque “lo que se haga ahora tendrá un impacto dentro de unos años”.

      ¿Qué medidas se nos ocurren para paliar este hecho?

     ¿Deberían estar las horas de uso de nuevas tecnologías estipuladas y supervisadas por los padres?


jueves, 14 de octubre de 2010

LA CONDUCTA DE LOS NIÑOS Y SUS PROBLEMAS-DÍPTICO

DIPTICO-LA CONDUCTA DE LOS NI�OS Y SUS PROBLEMAS.pdf - Google Docs

EL PAPEL DE LA FAMILIA EN EL DESARROLLO MADURATIVO DEL NIÑO Y NIÑA

  1. ¿Qué es educar a nuestros hijos?
  • Ayudar a desarrollar sus capacidades.
  • Integrarlos en la sociedad en la que vivimos.
  • Darle unos valores para ser ciudadanos libres con sentido crítico y capacidad de decisión.

  1. ¿Cómo ayudamos a conseguir la madurez psicológica de nuestros hijos? Cuando intentamos satisfacer sus NECESIDADES PSICOLÓGICAS BÁSICAS.
  • Necesidad de amar y ser amado. Supone dedicar tiempo en calidad a nuestros hijos, ofrecerles nuestros afectos. Evitaremos el perfeccionismo y la sobreprotección dado que son dos formas de rechazo hacia el niño.
  • Necesidad de sentirse seguro para poder realizar su proyecto vital, para ello, es importante la armonía y estabilidad en el hogar. Un niño feliz es un niño seguro.
  • Necesidad de sentirse útil. El niño necesita crecer, imitar a los demás y satisfacer su curiosidad. Es el momento de favorecer los hábitos de autonomía personal en la comida, vestido, higiene e iniciarlo en pequeñas responsabilidades y en otras más complejas a medida que vaya creciendo.
  • Necesidad de conocer el mundo que le rodea: El niño muestra interés por conocerse a sí mismo, a los demás y poco a poco va comprendiendo el por qué de las cosas, la existencia de normas, el aprender a guardar el turno para hablar, se da cuenta que los demás tienen unos derechos y que estos ponen límite a los suyos.


  1. ¿Cómo favorecemos el proceso de socialización? Familia y Escuela promueven la madurez social del niño a través de:
  • Las Normas: Son acuerdos que facilitan la convivencia en un grupo y son imprescindibles para el desarrollo madurativo del niño PORQUE LE DAN SEGURIDAD Y CONOCIMIENTO SOBRE LO QUE PUEDE Y NO PUEDE HACER . Los niños deben respetar y comportarse de acuerdo con las normas existentes en la familia y en la escuela. La autoridad debe ser ejercida por el padre y la madre.
  • El aprendizaje de comportamientos y tareas. En cada organización, los miembros que la componen tienen comportamientos determinados. En la familia, el padre y la madre, tienen funciones que se complementan. El niño debe iniciarse en el aprendizaje de unos hábitos personales, escolares y sociales que le ayudarán a madurar.
  • El desarrollo de actitudes.
El respeto que pide al niño ponerse en el lugar de los demás. Familia y escuela deben velar para que esta actitud sea comprendida por el niño y sea el fundamento de sus relaciones en el grupo.
El esfuerzo entendido como una posibilidad de avanzar, de mejorar y de satisfacción personal. Evitaremos dar todo hecho a nuestros hijos.
La responsabilidad o actitud de sentirse obligado a dar una respuesta sin ninguna presión externa. Hacia los 10-12 años empieza a autorresponsabilizarse.


  1. Pautas favorecedoras de la colaboración Familia-Escuela.
La educación del niño será mejor si familia y escuela abren canales de comunicación y diálogo:
  • Crear un ambiente familiar y social estable con buenas relaciones afectivas y que se interese por el mundo de la escuela y tareas a realizar en el hogar.
  • Favorecer actitudes de respeto, esfuerzo y responsabilidad del niño hacia la familia, los profesores y sus compañeros.
  • Establecer normas claras en el hogar y un firme principio de autoridad.
  • Desarrollar hábitos personales y sociales en nuestros hijos.
  • Colaborar con la escuela en desarrollar los hábitos escolares.
  • Ofrecer nuestra colaboración con el profesorado. Asistir a las reuniones Informarse sobre cómo trabaja nuestro hijo, conocer sus actitudes, sus problemas y dificultades. Solicitar orientación sobre temas escolares, etc.

lunes, 11 de enero de 2010

CONSEJOS PARA ESTIMULAR LA COMUNICACIÓN Y EL LENGUAJE EN EL NIÑO

La familia cumple una función importante en la aparición y el desarrollo del lenguaje del niño.
Recuerde que hablar se aprende hablando o mejor expresado: a hablar se aprende interactuando.

Conviene hablar mucho con los niños, preguntándoles por sus preferencias, amigos, actividades favoritas, etc.
Hay que procurar hacer de la comunicación un placer y no convertirlo en un bombardeo de preguntas.

Procurar colocarse a la altura de sus ojos cuando le hable. Esto facilitará llamar su atención y que vaya aprendiendo a hablar mejor.

Hablarle despacio pero procurando que sea de manera natural, no forzada.

Manifestarle entusiasmo y alegría cada vez que el niño pone interés en la actividad que está realizando, aunque no siempre le salga bien.

Entre los dos y los cinco años de edad, prácticamente todos los niños titubean al hablar, se detienen a menudo, repiten sílabas y palabras. Estas disfluencias en el habla son normales.

Si se bloquea o tartamudea un poco, evita las situaciones que le generan ansiedad y aumentan estos bloqueos: hacerle repetir lo que no dice bien, agobiarlo con preguntas, obligarlo a contar si no quiere, etc….
Asegúrate de que su habla no es ridiculizada por las personas de su entorno.

No se le debe proteger demasiado. Un exceso de protección puede provocar un retraso en el lenguaje. Procure no hablarle con diminutivos.

Intente que el niño participe en las distintas actividades cotidianas de la casa: recoger los juguetes, hacer la cama,…

No le refuerce la expresión defectuosa, que en un principio puede parecer graciosa. Repítale la palabra correctamente, por ejemplo:

→ Niño: “papo”
→ Adulto: “zapatos, ¿Quieres los zapatos?, toma los zapatos”.
Se puede reforzar la palabra en cuestión, intentando decirla alta y clara. Hay que brindarle el modelo correcto “zapatos” de manera clara. A manera de juego, sin forzar. Puede invitarle a repetir la palabra:

→ Adulto: “venga, vamos a decir zapato…, preparado, listo….za-pa-to”.

(Intentar silabear y que el niño repita las sílabas, para después repetir la palabra entera).

No le diga al niño mientras habla que se detenga o comience de nuevo, intente hacer de la comunicación un placer, que no sea vivida como un examen continuo.

Muestre interés por lo que quiere comunicarle. Si en un momento no puede atenderlo, aplácelo para otra ocasión en que pueda hablar con él de forma relajada.

Intente hacer preguntas que eviten un simple si- no. Por ejemplo: ¿Quieres una manzana o una pera?

Presentar enunciados inacabados para que los pueda terminar, por ejemplo: “ahora vamos a….”, “esto es una…”. Después es bueno repetir la frase entera para brindarle el modelo de la frase completa: “si, esto es una gallina”.

Hay que tener en cuenta que los niños pueden necesitar de un tiempo más largo para poder contestar y hablar. Respétenselo, permítanle su tiempo para que pueda pensar y hablar. ¡No os anticipéis!

Podemos hacer uso de fotografías para provocar el lenguaje, en revistas, cuentos, retratos,…

Tenga en cuenta que a los niños les hace más ilusión hablar sobre lo que van a hacer, que de lo que ya han hecho.

Actuar como un traductor simultáneo, de tal manera que cuando el niño diga alguna frase que no se le entiende, nosotros se la repitamos bien, para darle un modelo verbal adecuado, por ejemplo:

→Niño: “a come a aea asa”
→Adulto: “para comer en la taza, si… la leche nos la bebemos en la taza”.
Alargar la frase dicha por el niño, por ejemplo:

→ Niño: “oso llora”
→ Adulto: “si, el oso llora porque se cayó”….”se cayó del árbol”… “el oso llora porque se cayó del árbol”.

Exigirle una respuesta verbal aunque nosotros sepamos lo que nos está pidiendo. Si el niño tiene dificultades para decir lo que quiere, se le puede ayudar haciéndole preguntas del tipo: ¿Qué quieres, la pelota o la muñeca?, intentando decir en último lugar lo que pensamos que nos quiere decir, de ésta manera el niño tiene un modelo que puede imitar.

Es conveniente cantarle canciones, contarle cuentos, rimas, poesías, adivinanzas y participar con él en los juegos y diversiones.
Son muy interesantes los ejercicios de soplar: pompas de jabón, molinillos, plumas, pitos, etc.

Debemos saber escuchar, tener calma y paciencia, dar tiempo a que el niño se exprese y no contestar por él.


Tenga en cuenta los defectos físicos que guardan una relación directa con el habla:
  • Respirar frecuentemente por la boca puede indicar un problema respiratorio, que puede repercutir en el habla y en la constitución general del niño.
  • El frenillo de la lengua impide una buena movilidad lingual.
  • Una mala oclusión dental puede ser la causa de la articulación incorrecta.
  • Hay que estar seguros de que el niño oye perfectamente.
  • Acuda siempre a un especialista si observa alguna dificultad.
  • Procure que mastique bien la comida y que ésta no esté muy triturada, evitando también los biberones y los chupetes más allá de la edad recomendada. A partir de los dos años debería llevar una alimentación totalmente normalizada.
  • Los órganos que intervienen en la masticación están relacionados directamente con el habla.